Los poderes del Estado



Gobernar a un país no es algo sencillo. Siempre hay muchos problemas y los gobernantes tienen que organizarse para darles solución. Si una sola persona o grupo quiere solucionarlos todos, seguramente no se dará abasto o los arreglará tan a su manera que una buena parte de la población quedará inconforme.

 Por eso, en nuestro país el poder o el gobierno está dividido en tres grandes grupos de personas que se reúnen a discutir para tomar las decisiones más importantes sobre lo que sucede en los distintos espacios de la vida de nuestra sociedad. Estos grupos, o poderes, que conocemos con el nombre de "Poderes de la Federación'', son el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial.

 Gracias a esta división se mantiene el equilibrio del poder ya que mientras el Poder Legislativo se encarga de elaborar las leyes, el presidente (encargado del Poder Ejecutivo) tiene que cuidar que éstas se respeten y gobernar de acuerdo con lo que dictan. Por su parte, el Poder Judicial se encarga de vigilar que efectivamente se cumplan las leyes y tiene la capacidad de interpretar lo que dicen as leyes para cada caso concreto. Pero veamos con más detenimiento en qué consiste cada uno de estos poderes .

 

Separación de poderes

 La separación de poderes o división de poderes es un principio político en algunas formas de gobierno, en el cual los poderes legislativo, ejecutivo y judicial del Estado son ejercidos por órganos de gobierno distintos, autónomos e independientes entre sí. Esta es la cualidad fundamental que caracteriza a la democracia representativa.

Montesquieu argumentaba que «todo hombre que tiene poder se inclina por abusar del mismo; va hasta que encuentra límites. Para que no se pueda abusar de este hace falta que por la disposición de las cosas, el poder detenga al poder».​ De este modo, se confía la vigilancia de los tres poderes entre ellos mismos ya que cada uno vigila, controla y detiene los excesos de los otros para impedir, por propia ambición, que alguno de ellos predomine sobre los demás. Puede contrastarse con la fusión de poderes y separación de funciones en los sistemas parlamentarios, donde el poder ejecutivo y el poder legislativo están unificados, debido a que el legislativo nombra al ejecutivo.

 Esta doctrina no se refiere solamente a la separación y al equilibrio de los tres clásicos poderes del Estado, sino a la necesidad de dividir el poder político donde se encuentre, sea en la esfera municipal, regional o nacional, para así garantizar la libertad política y evitar los abusos de poder, mediante la vigilancia y control recíproco de los poderes separados.